viernes, 8 de marzo de 2013

Día de la Mujer

Entre todos los artículos publicados hoy con motivo de la conmemoración del Día internacional de la Mujer (trabajadora o no) el que más me ha impactado sin duda ha sido el publicado por Manuel Montobbio en su blog de El País. En él habla sobre el fenómeno de las mujeres-hombres o "vírgenes juradas" que todavía hoy habitan en el norte de Albania. Ayer mismo hablábamos en clase sobre el feminismo y si todavía hace falta luchar para evitar la discriminación de la mujer o ya es algo conseguido, pero sólo hace falta leer estas líneas para darse cuenta de que la lucha todavía va a ser muy larga. Hace falta recordar que ser mujer o ser hombre NO es un mérito, el mérito es ser persona? Pero mientras no haya igualdad tendremos que seguir recordando cada 8 de Marzo este día.. aunque pensándolo bien, 8 de Marzo debería ser cada día. FELIZ DÍA DE LA MUJER!!
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"Se celebra este y cada ocho de Marzo el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, o simplemente el Día de la Mujer, símbolo de la lucha de las mujeres por sus derechos, por la igualdad de éstos, de hecho, con los derechos de los hombres. Lucha, en definitiva, por el paso de los derechos del hombre a los derechos humanos. Por la asunción en la Tierra de que si las mujeres son, como dijera Mao, la mitad del cielo, lo son también de ésta. Un camino hecho al andar, y la voluntad y compromiso de seguir caminándolo; que sin embargo cuenta con una excepción a la regla, un reverso, un camino inverso: el que recorren las mujeres-hombre o vírgenes juradas del Norte de Albania al renunciar a su feminidad y convertirse socialmente en hombres para disfrutar de los mismos derechos de éstos.
Se celebra; y se reivindica. Pues si largo es el camino recorrido en los ciento dos años transcurridos desde que un grupo de mujeres lo proclamara en Nueva York, largo también es el que queda por recorrer, omnipresente aunque poco visible a veces el techo de cristal que impide que esa mitad del cielo lo sea de la Tierra; llegue a veces siquiera a serlo, como nos muestra ese centenar largo de millones de mujeres no nacidas o no crecidas que marca la estructura poblacional asiática. De cristal por fuera; y de cristal por dentro. Pues, como dijera Foucault, la cárcel está en uno mismo; y en uno mismo o una misma también el techo o muros de cristal que separa los derechos de los hechos, que hace que su proclamación no lleve necesaria o plenamente a su realización. 
Se celebra y reivindica la feminidad, el derecho de las mujeres a serlo, a ser ellas y para ello disfrutar de los mismos derechos que los hombres, a ser quienes quieren ser en libertad e igualdad con los hombres.
Y al hacerlo celebramos y reivindicamos al tiempo lo humano. Pues en cada uno y cada una habita lo femenino y lo masculino; y no está nadie completo sin ambos. Pues antes, por encima y más allá que hombre o mujer somos humanos. Y es lo humanos que todas y todos los humanos tengamos los mismos derechos. Y preciso que para ello las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres. Y el mismo derecho a ser mujeres que los hombres a ser hombres. Y que podamos todos y todas como queramos ser mujeres u hombres, vivir nuestra feminidad y nuestra masculinidad. Y es por ello y para ello que este día de las mujeres es al tiempo el de los hombres.
Mas si el de conseguir para las mujeres los mismos derechos que los hombres para que puedan ser más plenamente mujeres como pueden ser hombres los hombres, para que puedan ser tan plenamente humanas como los hombres… ha sido y es el camino de esa reivindicación y celebración de las mujeres y de todos que conmemoramos este día, tal no ha sido y es el camino en todo tiempo y lugar.No el que siguen las mujeres-hombre que han habitado y habitan todavía en el Norte de Albania y de las tierras de población albanesa. No ése; sino el de renunciar a su feminidad, jurar su virginidad, transformarse en hombres, vestirse como ellos, como ellos llamarse, como ellos comportarse… para como ellos ser tratados, para tener los mismos derechos que ellos. Para ser socialmente hombres, y familiarmente ejercer el rol de jefe de familia que a éstos les corresponde.
Lo que supone un mundo en que solo los hombres pueden ser cabezas de familia, solo ellos heredar casa y tierras, solo ellos formar parte del consejo de ancianos o notables que deciden sobre el acontecer colectivo de la comunidad. Un mundo en que no resulta siquiera pensable, imaginable, que una familia, un clan, pueda seguir siendo tal sin un hombre a la cabeza de ella. De modo que cuando, por muerte natural o violenta, una familia se queda sin hombres, una de las mujeres de ésta tiene que convertirse en tal; y para ello prestar juramento de virginidad ante doce ancianos de la comunidad, a partir del cual tendrá que atenerse a ésta, asumirá la jefatura de su familia y pasará a comportarse y a ser considerada como hombre.
Un mundo que ha pervivido en zonas aisladas del Norte de Albania,regido en la práctica, sea cual sea la ley del Estado de turno, por ese conjunto de normas consuetudinarias que Lek Dukagjin codificó en el siglo XV en el Kanún, que contempla todos los aspectos de la vida social desde el nacimiento a la muerte, aunque sea especialmente conocido por la venganza de sangre, o gjakmarrja, cuya regulación y mecánica tan bien describe Ismail Kadaré en Abril quebrado, y cuyo resurgimiento tras la caída del comunismo novela en Frías flores de Marzo; y cuya práctica, y las consecuencias del aislamiento para las familias deudoras de sangre, es objeto de atención de los observadores e informes internacionales de derechos humanos y los medios de comunicación.
Conocidas como virgjineshtë - o vírgenes juradas – o burrnesha – o mujeres-hombre, basta hoy teclear esas palabras albanesas, o “vírgenes juradas de Albania” en castellano, en inglés u otro idioma, para encontrarlas en la web, desde la explicación sobre ellas en Wikipedia o artículos varios más o menos sensacionalistas o pintorescos, al libro referencial de Antonia Young, Profesora del University College de Londres, Women who become men. Albanian Sworn Virgins, modelo de investigación antropológica y contextualización social, pasando por fotosvideos. Durante mi destino diplomático en Albania, en dos ocasiones recibí en la Embajada la visita de periodistas españoles que habían venido para hacer un reportaje o documental sobre ellas, o ellos. Y en su búsqueda partieron hacia las montañas del Norte y, tras mayores o menores dificultades, al cabo de un tiempo regresaron habiendo encontrado – y entrevistado o filmado - alguna, o alguno.
Mas no siempre fue tan fácil encontrarlas o encontrarlos, verlas o verlos, saber sobre ellas o ellos desde el mundo exterior a ese mundo. Supo de ellas o ellos por primera vez el mundo a través de los libros de Edith Durham, como High Albania, que en la primera parte del siglo XX al mundo la realidad de la vida y costumbres en las montañas del Norte de Albania, y en los que entre otras realidades antropológicas habla sobre las mujeres-hombre, de las que relata haber conocido a nueve, y ofrece las primeras fotografías de ellas, que datan de 1908. Años más tarde, en Peaks of Shala. Being a Record of Certain Wanderings Among the Hilltribes of Albania (1919), la periodista estadounidense Rose Wilder Lane relata haber sido tomada por una, o uno, en el Valle del Thet, por viajar sola y llevar pantalones y cabello corto.
Según explica Antonia Young, hace poco más de un siglo existía todavía un tipo de vírgenes juradas de carácter semi-religioso, conocidas como murgéshë o morga(monja), que optaban por el celibato y vestía de negro ropas masculinas, llevando una vida monacal, en la que muchas ayudaban a monjes o sacerdotes católicos; mas sin embargo esa práctica finalizó cuando en 1910 se estableció por ley la prohibición de que las mujeres que no ingresasen en un convento se declarasen a sí mismas monjas. Por lo que posteriormente nos encontramos fundamentalmente dos casos o vías por las que las mujeres-hombre pueden llegar a ser tales.
El primero es el de las vajze e betuar, o niñas juradas por sus padres, desde el nacimiento e incluso antes, o tras él, en cualquier caso antes de llegar a la edad adulta y poder decidir por sí mismas, generalmente por la falta de hijos varones en la familia, o por el fallecimiento de éstos.
El segundo es el de aquellas que conscientemente optan por jurar su virginidad ante los doce ancianos de la comunidad, y convertirse socialmente en hombre a cualquier edad. Aunque se dan casos de quienes afirman haberlo hecho por sentirse hombres, la mayor parte de éstos se han debido bien a optar por ello como vía para evitar un matrimonio arreglado por las familias; bien porque la familia se queda sin varones, sea por muerte natural, sea por venganza de sangre.
Podríamos seguir diciendo muchas cosas sobre las mujeres-hombre del norte de Albania, sus cómos,por qués y para qués, y tal vez lo haremos en futuras entradas de este blog. Mas quisiera concluir ésta, escrita para reivindicar este Día de la Mujer, no con su realidad, sino con su ficción, recurriendo a la literatura y a la poesía con la que el corazón a veces capta lo que la razón no alcanza, y transmite lo que difícilmente podría transmitir de otra manera: invitando a leer este poema relato, titulado precisamente Mujeres-hombre, que escribí hace tres años en Tirana cuando se acercaba este día y que forma parte de miGuía poética de Albania, que tiene como protagonista a una Majlinda que, tras la muerte de su hermano por venganza de sangre, se convierte en Ilir. Y sueña cómo hubiera sido su vida si hubiera seguido siendo Majlinda, cómo hubiera sido si hubiera nacido Ilir. Y se transforman sus sueños en la pesadilla de un mundo habitado tan solo por mujeres-hombre y hombres mujer, que deviene irremisiblemente un mundo de viejos vírgenes y vírgenes viejas que avanza hacia el fin…"

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