lunes, 7 de mayo de 2012

1984

"1984" de George Orwell es una novela difícil de clasificar por varios motivos, su temática, su visión pesimista de la propia historia que cuenta, su anticipada lectura de muchos de los "síntomas" que presentan muchos de los sistemas y gobernantes de nuestra sociedad actual..
Esta novela, que fue escrita en 1948, nos presenta una visión futurista del mundo y en especial de Inglaterra, un mundo en donde han dejado de existir los actuales continentes y ahora estos son denominados Oceanía, Eurasia y Asia Oriental.
El protagonista, Winston Smith, es un trabajador del partido interior que trabaja falsificando y manipulando cualquier noticia que apuntase a un pasado diferente de el que entonces viven. En él existen cuatro ministerios, el de la Verdad, que es en el que trabaja el protagonista, el del Amor, el de la Paz y el de la Abundancia.
El ministerio de la Verdad se dedica a falsificar, cambiar y manipular cualquier libro, noticia impresa, canción o programa que delate que el mundo nunca fue como es en ese momento. El de la Paz se dedica a informar de las guerras cuando las hay y a inventarlas cuando no las hay, a fabricar armas y a destruirlas para que se fabriquen otras. El del amor se dedica al control de las relaciones de la población y de mantener la ley y el orden, con torturas y detenciones y desapariciones selectivas y el de la Abundancia a la economía y a el racionamiento de los alimentos de la población.
Antes de entrar de lleno a comentar la propia novela, creo que es muy interesante recalcar las semejanzas, similitudes y casualidades que presentan las propias situaciones de la novela así como sus personajes con muchos aspectos históricos o personajes reales.
En líneas generales "1984" esconde criticas y denuncias de muchas de las prácticas realizadas por la URRS y la Alemania nazi. El INGSOC o la ideología totalitaria y extrema en la que transcurre la novela es una ridiculización de Socialismo Inglés. El personaje de Winston Smith se dedica a rescribir el pasado, una practica más que habitual en algunos periodos oscuros de la Union Sovetica.
El Gran Hermano o el jefe supremo del sistema es una copia incluso en los detalles físicos de la figura de Stalin. Emmanuel Goldstein está inspirado en la figura y obra de Trosky. El minuto de odio que tanta fuerza da a la novela está inspirado en la persecución y el odio al Troskysmo.
Winston se nos presenta como uno más de esta sociedad nueva sometida y manipulada. Pero en realidad no lo és, Winston tiene recuerdos, o cree tenerlos, tiene momentos de escepticismo, incluso de desconfianza, de su trabajo, de la figura del Gran Hermano, del partido…
Pero el vive en un mundo vigilado y sometido, sin libertad de acción, sin poder expresar sus sentimientos, su afectividad, las relaciones no existen y todos y cada uno de los movimientos de cada individuo son controlados por unas tele pantallas que lo ven y lo escuchan todo.
Una vez al día todos son sometidos al minuto del odio, donde frente a unas pantallas tienen que hacer un ejercicio de mostrar su odio, sus ansias de venganza, su carácter bélico frente a imágenes de Goldstein, el enemigo publico del pueblo y jefe de la resistencia. Winston en canvio sabe que él no es como los demás, asiste al minuto diario de odio, pero odia hacerlo, tiene repulsión del mundo en el que vive, pero no puede expresarlo.
Un día conoce a Julia, una joven militante de la liga Anti Sex, una liga formada por el Ministerio del Amor para guardar el orden y el decoro. Julia resulta ser como él, perdido, sin rumbo, intentando subsistir en un mundo en lo que lo único que pueden hacer es mentirse. 
Pero es muy difícil seguir creyendo que las cosas fueron diferentes y lo pueden ser con el constante bombardeo al que están sometidos, himnos militares por la tele, toda la información de los libros, bibliotecas, periódicos, todo absolutamente todo cambiado según el criterio de el partido, eso por no hablar de los espías, que vigilan los pasos de cada individuo, muchas veces estos espías son los propios niños que se les enseña desde pequeños. Al final muchos de ellos acaban delatando y denunciando a sus propios padres.
Winston y Julia comenzarán una secreta y extraña relación clandestina en una habitación que alquilaran en un barrio de PROLES, la población obrera, pobre, sin educación, de la que simplemente no se ocupa el sistema. Y no tiene por que ocuparse de ella por que la gente apenas tiene dudas por que ni les dejan ni han conocido nunca otra cosa, por eso a los proles se les permite juegos como la lotería o la música popular totalmente controlada por el partido…
Pronto crecerá entre ellos un extraño amor, un enamoramiento escuálido, fruto de la miseria como ellos mismos, de la abundancia que nunca existe y del amor que siempre acaba siendo odio. Tanto Julia como Winston saben de la resistencia, de lo que han oido, de ese movimiento clandestino que pone bombas, ¿pero, y si la resistencia la crea el propio gobierno?, ¿ y si es el propio sistema el que tira las bombas sobre la población civil?, ¿ Existen las guerras realmente, o existen y se inventan por que se provocan y se comienzan?, ¿ Existe Emmanuel Golstein?, ¿ Alguien lo ha visto?.
Tanto Julia como Winston saben que están condenados, se han saltado las normas, se han reunido a solas desde hace mucho tiempo, han hecho el amor y en sus encuentros han dejado todo el odio y toda la repulsión de sus vidas fuera. Y por tanto tendrán que pagar por ello. Es el propio sistema el que decide que ellos son parte de la resistencia, cuando ni tan siquiera ninguno de los dos la ha visto…O si que la han visto?, no importa, por que la cuestión es que el sistema está seguro de que si la han visto y ellos son parte de ella.
Winston y Julia serán detenidos y conducidos al ministerio del Amor donde serán torturados, aniquilados mentalmente con sus propios miedos y fantasmas, sometidos a un sutil y a la vez proceso de sometimiento al sistema y al Gran Hermano. Los dos sobrevivirán después de que los hayan convertido en despojos humanos,  sin fuerzas, sin voluntad, o mejor dicho con otra voluntad, con la voluntad de que dos y dos son cinco, y realmente para ellos dos y dos son cinco.
Y se volverán a ver años más tarde en un banco de un parque cuando ya el sistema los ha soltado por que ya no son sino simples marionetas que no representan otra cosa que lo que la misma sociedad es en sí. Pero no se conocerán o sí parece que se conocen, cada uno seguirá su paso, presa de un sutil y casi indescriptible miedo.

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